historia

Somos parte de

la historia de un ecuador

Hacienda Chuquipogio en dónde actualmente está emplazada Hostería La Andaluza, guarda en sus paredes y suelo: siglos de historia. Importantes momentos históricos acontecieron aquí, desde la época que la habitaron valientes y aguerridos puruháes , la expansión del imperio Inca, la conquista española que tantos anhelos de libertad generó, los años de formación de la nueva república en donde encontramos las raíces de la cultura ecuatoriana; hechos que han merecido a su antigua casona ser declarada como Patrimonio Cultural del Ecuador. Toda el alma de la historia ecuatoriana ha sido restaurada por una mezcla armoniosa del encanto de lo antiguo y la comodidad de lo contemporáneo. Hoy en día Hostería La Andaluza se ha convertido en un exclusivo hotel-museo rodeado de naturaleza, historia y elegancia atemporal. Lo invitamos a dejarse envolver por la magia de la historia de este lugar. !Comencemos este viaje en el tiempo!

Hacienda chuquipogio:
Imperio Inca
1490 – 1532

Estas tierras que pertenecieron a valientes Puruháes por muchos años fueron luego conquistadas, no con poco esfuerzo por el Imperio Inca hacia el año 1510 en su búsqueda de expansión. Es precisamente en la época incásica que nace el nombre de Chuquipogio, nombre bautizado así por los Incas. Este nombre proviene de dos palabras quichuas. “Chuqui” era el nombre de la conocida tribu de nativos peruanos mitmas de los Chuqui Aronis, procedentes del Condesuyo, quienes fueron enviados por ordes de Huayna Capac para que jerzan control sobre los pobladores de la zona, resguarden el camino real o Capac Ñan y su travesía por los paramos orientales del Chimborazo hacia los aposentos reales en Mocha. “Pogyo”, significa vertiente, en referencia a la vertiente de agua encontrada en la zona proveniente del volcán Chimborazo, que siempre ha sido de gran importancia para sus habitantes. Es decir “vertiente de los chuquis”.

La presencia de los incas, su adoración por el agua, por las montañas nevadas y su cultura misma es tan arraigada a la historia de este lugar, que de acuerdo al conocido historiador Segundo Moreno no sería de extrañar encontrar en las cercanías de las fuentes de Chuquipogio una o más “capacochas” que eran obligaciones reales de los incas, quienes en agradecimiento a los dioses y las vertientes del Chimborazo sacrificaban a los niños y niñas de excepcional belleza. Según las creencias incas, los niños no morían sino que conocían a sus antepasados ​​que miraban los pueblos de las altas cumbres.

No por mucho tiempo estas tierras fueron territorio Inca, pues con la llegada de los primeros españoles el control de la zona cambiaba su destino.

Uno de los primeros españoles en llegar a América fue el Capitán Hernando de la Parra, en el año 1533; y fue de acuerdo a los historiadores, uno de los más valientes e intrépidos conquistadores del Reino de Quito, además de uno de los hombres más poderosos y ricos que existieron en la época.

Fue el Capitán de la Parra quien el 10 de Enero de 1535 apresó a Rumiñahui, General Inca, en el monte “Topalibi”, cuando vio a un indio adornado de collares y brazaletes que brillaban con los rayos del sol, arrojándose al vacío, pero se quedó enredado y colgado en uno de los espesos matorrales de Chilca. Bajado por unos soldados dijo llamarse Rumiñahui y fue así trasladado a donde estaba Benalcázar con el objetivo de obtener información del lugar donde estaban escondidos los tesoros de Huayna Capac, padre de Rumiñahui; al no conseguir ni una sola palabra tuvo así fin la vida del valiente general Inca Rumiñahui. Fue precisamente el Capitán Hernando de la Parra quien a pocos años de la conquista española, el 29 de diciembre de 1551 el cabildo de la ciudad de Quito, en el repartimiento de tierras se le otorgó el proveimiento de Hacienda Chuquipogio.

Durante la época colonial que duró casi tres siglos, Chuquipogio cambió de dueños constantemente, entre representantes de la corona española, caciques o patriotas con clara ideología realista y con gran poder económico en la época. La importancia de estas tierras radicaba en la vertiente de agua proveniente del Chimborazo, que creaba así cierto control sobre los habitantes por la necesidad de este líquido vital y además por su ubicación estratégica y extensión. Fue sin lugar a dudas una de las haciendas más importantes de la época. Tiempo después estas tierras de Chuquipogio fueron heredadas por Mateo Rodríguez de La Parra, tercer hijo del conquistador español, quien a su vez se las dejó en herencia a su yerno Francisco de Guevara, que años más tarde vendería al Capitán José Villavicencio. Posteriormente la propiedad fue rematada por el realista Juan Rodríguez del Campo. Quien a su vez la traspasó al capitán Juan Vega, en octubre de 1647 . Chuquipoguio cambió de dueño constantemente y, así, Juan de la Vega lo vendió a Antonio López de Galarza, dueño del obraje de San Andrés, en seis mil patacones. De éste, pasó a ser propiedad del capitán Juan Sánchez de Navadejos, en la segunda década del siglo XVIII. Muere Juan Sanchez de Navadejos , con muchas deudas debido a pleitos con los caciques de San Andrés por la posesión de la capilla de Nuestra Señora de la Natividad de Chuquipogio, dejando a la hacienda cargada de deudas. El 9 de abril de 1717 se embarga la hacienda Chuquipogio y la compra el Capitán José de la Rea, también realista español. No hay suficiente información sobre los propietarios de Chuquipogio los años siguientes; sin embargo, para 1812 la dueña de la propiedad era la cacique Anselma Lobato de San Andrés. Aquí ingresa a ser parte de la historia de esta importante hacienda el capitán Martín Chiriboga y León. Riobambeño, perseguidor de patriotas riobambeños y fiel al Rey de España, obtuvo la propiedad de Chuquipogio, al hacer madrina de bautizo de una de sus hijas, a doña Anselma Lobato, noble cacica indígena, quien obsequió a su ahijada la hcda. de Chuquipogio como regalo de bautizo. Chiriboga, aunque fue un criollo, por su ideología realista y lealtad con la corona española, obtuvo el título de corregidor de Riobamba desde 1812 a 1820. Sucre y Bolívar a través de un intercambio de cartas, trataron siempre de ganar a Chiriboga y León a su causa patriótica, sin saber que Chiriboga intercambiaba cartas con la realeza española y el presidente Almerich informando sobre los planes revolucionarios y frustrando en varias ocasiones la ansiada independencia. Esta falta de patriotismo del realista español, tenía como objetivo la pretensión de ser nombrado Marqués de Chimborazo por la corona española. Por toda su lealtad de la corona espeñola, el el 7 de junio de 1815, el Rey le concedió en propiedad el Corregimiento de Riobamba y le otorga la Cruz de primera clase de a Orden Americana de Isabel la Católica

Epoca colonial
Patio andaluz
1535 – 1820
Formación de la república
Visita del Libertador
1820 – 1890

El Cabildo de Riobamba recibe en pleno a Simón Bolívar, el 1ro de julio de 1822 y le rinden un justo homenaje por sus méritos revolucionarios. No falta el jefe civil y militar de Riobamba, León Febres Cordero y un piquete de Dragones que lo escoltan en lo que resta del viaje. Como lo describen los esposos Costales en su obra “Los Colosos” en el que detallan el viaje del Libertador y su encuentro con el Chimborazo, fue en este viaje que arrancó de Bolívar, su delirio, el que lo llevó a escribir su famoso poema “Mi Delirio sobre el Chimborazo” Un año después de la visita de Bolívar a Chuquipogio, en el ems de Juio de 1823 se descubrió finalmente la triación del realista Martín Chiriboga y León, al encontrar cartas y documentos claras pruebas de ser lider antirevolucionario y para colmo de los republicanos encontraron en una de sus haciendas de la provincia de Chimborazo, dos cargas de municiones procedentes de Guayaquil,donde los realistas seguían luchando a pesar de declarada formalmente la independencia, al igual que lo hacían los realistas criollos en otras partes del territorio quítense

El 27 de Julio de 1823 Bolívar indignado con la traición de Chiriboga ordena que se lo tome preso y se lo remita a Guayaquil, aparte de que todos sus bienes debían embargase, entre ellos hacienda Chuquipogio. El 8 de agosto del mismo año, don Martín fue apresado en Esmeraldas y para el 18 de Agosto ua estaba rumbo a la ckudad de Guayaquil. A finales de 1823, a bordo de un abrco que lo llevaría a su destieero. murió a bordo de la goleta Ana, tres horas antes de desembarcar en Kingston, Jamaica. murió pobre, con 288 pesos, infima cantidad para la fortuna que había poseído, pues, sus bienes secuestrados por Bolívar estaban avaluados en alrededor de 230.000 pesos. Así varios sucesos históricos se desarrollaron en nuestra hacienda entre los más importantes: fue lugar de reunión para la Revolución Marcista (1843), lugar de hospedaje de importantes personajes de la Primera Constituyente (1812) y la estancia del Libertador Simón Bolívar en su paso hacia la conquista (1830), No fue sino el 27 de julio de 1823, que Bolívar ordenó que se destierre a Chiriboga y que se embarguen todos sus bienes, para de alguna forma compensar todo el mal que había hecho al Sur y a la causa general de América, entre ellas Chuquipogio. Chiriboga y León En 1823 la hacienda Chuquipogio había pasado a ser propiedad de Andrés Larrea Villamagán, capitán prócer de la independencia.

Precisamente por el valor histórico que Hacienda Chuquipogio tiene, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador, declara en el año 2012, a la casa de hacienda como Patrimonio Cultural del Ecuador, y pasa a estar dentro de los bienes patrimoniales del inventario cultural de la ciudad. En 1986 se inicia un proyecto turístico, para rescatar la historia de la hacienda y abrir nuestras puertas a turistas nacionales y extranjeros, dándole el nombre de Hostería La Andaluza, debido a su construcción colonial con un llamativo patio andaluz, típico de las construcciones coloniales. Hostería La Andaluza- Hacienda Chquippogio es un portal a otra época, preservada para brindar a sus visitantes una auténtica y memorable experiencia, que invita a descubrir y sentir la historia del lugar, y así crear y vivir sus propias historias.

Patrimonio cultural del ecuador
Hotel museo
1896 – 2021

Un viaje literal

por el tiempo y la memoria